Rubén Alonso, de pie en el centro, junto a su familia en la cafetería Dami. / DAMIÁN ARIENZA

Rubén Alonso, de pie en el centro, junto a su familia en la cafetería Dami. / DAMIÁN ARIENZA

«Tenía que jugarlo», dice el vendedor de dos números premiados en Gijón

La cafetería Dami, en Gijón, reparte 324.000 euros con dos números. Uno de ellos no suelen comprarlo en Reyes

J. L. GONZÁLEZ LUGONES.

Hace siete años Rubén Alonso trabajaba en Arcelor, donde cumplía las funciones de soldador. Pero, de la noche a la mañana, se quedó sin trabajo. Así que, buscando un giro en su vida, decidió hacerse cargo de la cafetería Dami, en la calle Infiesto de Gijón. Desde entonces, la suerte ha llamado varias veces a su puerta, la última ayer. Gracias a los números 46658 y 16647 del sorteo extraordinario de la Lotería del Niño repartió 324.000 euros entre clientes más o menos habituales, 60 euros por décimo en el primer caso y 100 en el segundo. «Lo vendimos todo en papeletas, excepto un décimo del 7», explicó Alonso, quien en la tarde de ayer disfrutaba de un día especialmente alegre en la cafetería en compañía de su familia.

Desde que se hicieron cargo de este establecimiento la fortuna ha venido a visitarles en varias ocasiones. Al premio de ayer hay que sumar los 30.000 euros que repartieron en el mismo sorteo del pasado año, los 50.000 del de Navidad de 2017 y, sobre todo, los 160.000 que dieron con el extra del viernes de la ONCE también en 2017. «Para el tiempo que llevamos con la cafetería, la verdad es que hemos dado bastante», explica.

Tanto es así que hay gente que ya se acerca a su establecimiento solo para comprar lotería, con la esperanza de que la racha de fortuna siga. «Se han llevado papeletas clientes habituales y otros que han venido expresamente a comprar», señaló Rubén Alonso, a quien para este sorteo le soltaron algún que otro reproche por jugar dos números. Tiene una explicación. Habitualmente, en esta cafetería juegan al 16647 en el Niño y al 46658 en Navidad. Pero, este año, se encontró con que su número del sorteo más especial del año, el del 22 de diciembre, también estaba disponible para Reyes. «Me extrañó conseguirlo y, claro, tenía que jugarlo».

«Se llevaron papeletas clientes habituales y otros que vineron solo para comprarlas»

Los afortunados compradores de las papeletas no se dejaron ver en la mañana de ayer por la cafetería, aunque a buen seguro irán apareciendo para festejar su suerte. «De momento, la gente está con los Reyes», señaló este hombre que cambió la soldadura por la hostelería y que no ha dejado de repatir suerte a sus clientes.