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Lotería de Navidad 2017 | La niña de los 'miiiiil euuurooos'

Aya Ben Hamdouch se convirtió en la protagonista indiscutible del sorteo | La pequeña cantó cada pedrea como si fuese el Gordo y puso en pie a un Teatro Real en el que no faltaron ni Chiquito ni Puigdemont

A. VILLACORTA / A. AUSÍN GIJÓN.

El mundo conoció ayer a Aya Ben Hamdouch y enloqueció. La pequeña, de apenas once años, residente en Vallecas y de orígenes marroquíes, se convirtió en la estrella indiscutible del Sorteo Extraordinario de Navidad de este año al cantar cada pedrea como si fuese el Gordo, enamorando al público presente en el Teatro Real y, de paso, a todos los que la veían por la tele.

La pasión que ponía al entonar los 'miiil eurooos' y la manera que tenía de alargar la frase desde que cogía la bola hasta que la depositaba en el alambre -una operación que le llevaba su tiempo por su corta estatura- encandilaron su auditorio, que empezó a reír y rompió en aplausos en varios momentos de la tabla.

Y es que, sin quererlo, la niña de San Ildefonso estaba ralentizando el sorteo, lo que motivó que un trabajador de Loterías y Apuestas del Estado se acercase hasta ella para darle indicaciones. «Hazlo más cortito», le susurró. Pero nada. Aya siguió cantando los premios con la misma ilusión. Una entrega que fue recompensada cuando, por fin, dio un quinto con el público puesto en pie, cantándole: «Tú sí que vales».

Las redes tampoco fueron ajenas al furor y hubo quien pidió que Aya -que en un principio fue identificada por error como Noelia Katiuska y cuyos padres no pudieron acudir porque su madre se encuentra embarazada- acudiese a 'OT' y hasta que ocupase la Presidencia del Gobierno con esa energía que se gasta.

Ya cuando todo terminó, Charo Rodríguez, la profesora de la niña y de su compañera en la quinta tabla, Nerea Pareja, explicó que «no eran muy conscientes» de que la particular forma de cantar los «miiil eurooos» de la pedrea estaba llamando la atención de un público en el que tampoco faltaron los disfraces y los personajes pintorescos. Desde quien homenajeaba a Chiquito hasta quien apareció con un cartel en el que aparecían Puigdemont y Junqueras, perseguidos nada más y nada menos que por un Jesucristo justiciero.

Un año más, el Real no defraudó y entre los forofos de la lotería de Navidad hubo de nuevo de todo, con guiños a la actualidad. Algunos, unos doscientos, hacían ya cola a las seis y media de la mañana. Eso es afición. Manoli, una de las primeras y más veteranas, con un disfraz de niña de San Ildefonso, peluca incluida, a sus 80 años, mantenía la esperanza de lograr el Gordo, que tenían pensado repartir entre sus hijos, su nieto en paro, Mensajeros de la Paz y un viaje.

«Por la gloria de mi madre», exclamaba Enrique, de 84 años, disfrazado de Chiquito de la Calzada, en la esperanza de que le trajera suerte.

También fueron a por un Gordo en directo Marisa y Lydia, de 21 años y procedentes de Sevilla, que acudieron de astronautas, un guiño al anuncio de Amenábar que cuenta una historia de extraterrestres.

Jesús Manuel, de Cantabria, fue de Fernando VII. Picó alto. Obispos, fiscales, José Zorrilla y Doña Inés también desfilaron con la esperanza de hacerse con un pellizco, pero ninguno consiguió opacar a Aya.